Espada Roldán
Esta es una magnífica espada que completaría cualquier colección. Está hecha a mano con acero inoxidable y tiene un diseño exquisito. La espada también es funcional y puede utilizarse para su exhibición o para el combate real. Es una de las piezas más singulares de la colección.
La espada Roldán, o Durandarte, es uno de los iconos más importantes en la historia de la literatura y la cultura europea. Esta espada mágica, regalo del emperador franco Carlomagno a su leal comandante, Roldán, jugó un papel clave en la batalla épica de Roncesvalles en el año 778 y en la leyenda que se formó alrededor de la figura heroica del paladín.
Roldán era un comandante histórico de los francos, y conde de la Marca de Bretaña. Murió en la batalla de Roncesvalles a manos de los Vascones el 15 de agosto de 778. Las tropas de Carlomagno, volviendo del sitio de Zaragoza, sufrieron en el paso pirenaico de Roncesvalles un ataque de tribus vascas ayudadas por musulmanes. Pero, a través de la leyenda, Roldán se convirtió en el paladín, que con su espada mágica «Durandarte», y con el cuerno «Oliphant», se enfrentó a 100.000 sarracenos y abrió un paso entre las montañas pirenaicas que aún hoy se llama «Bréche de Roland».
La espada Durandarte, que acompañó a Roldán hasta su muerte en la batalla de Roncesvalles, fue un objeto que desempeñó un papel clave en la leyenda. Según la tradición, la espada de Roldán guardaba varias reliquias sagradas, como un diente de San Pedro, sangre de San Basilio, cabellos de San Dionosio y un manto de Santa María. La calidad de esta legendaria arma era tal que, en la leyenda, Roldán trató de romper a Durandarte para evitar que cayera en manos enemigas, pero en cambio, la espada cortó la roca en dos.
Después de la muerte de Roldán, la espada Durandarte encontró su camino en varias leyendas y lugares diferentes. Según algunas versiones de la leyenda, Roldán arrojó la espada al Lago de Carucedo antes de morir para evitar que cayera en manos enemigas. Otra leyenda cuenta que el caballero leonés Bernardo del Carpio venció a Roldán y cogió la espada Durandarte; posteriormente, fue enterrado con ella en Peña Longa. Carlos I de España, al conocer la existencia de la espada, pasó por la tumba de Bernardo del Carpio, tomó la espada y la llevó consigo durante gran parte de su vida.
La espada Roldán es una de las espadas históricas más majestuosas y es parte de la exclusiva Colección «Espadas Históricas, Fantásticas y de Leyenda» fabricadas por la prestigiosa empresa Marto en la ciudad de Toledo, España. Con una longitud de 117 cm, un ancho de 21 cm y un peso de 2,4 kg, esta espada impresionante y de alta calidad es una pieza de colección única que encarna la historia y la leyenda de Roldán y su espada Durandarte.
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